En el
libro Emotional Intelligence Coaching de Stephen Neale / Lisa Spencer / Arnell
& Lis Wilson, se menciona la cita “Necesitamos utilizar nuestro pensamiento
para manejar nuestras emociones, antes de que tomemos acción”. Allí encontramos
las siguientes claves para poder
realizar el trabajo que hacemos los que ejercemos el Coaching.
· La actuación se ve
influenciada por las emociones, tanto en el campo positivo como en el negativo.
Por ejemplo, la alegría puede incentivar a que mejoremos el desempeño, en
cambio los celos podrían desmotivarnos para reducir el mismo.
· El pensamiento tiene el
poder sobre nuestras actuaciones, ya que ante un mismo evento, la actitud puede
ser negativa o positiva. Es el caso de sentir que se nos ha tratado de manera
injusta por el jefe o la empresa, nuestra reacción puede ser de malestar,
descontento y rabia, o también podríamos solicitar una explicación respetuosa
para salir de la duda sobre la actuación aparentemente injusta. Con seguridad
nos lleváremos sorpresas.
· Si los sentimientos son
la racionalización de las emociones, una misma emoción puede darse o dejarse
libre para que estalle. Podría ser el caso de una discusión con un cliente, la cual puede llevar
a malentendidos y palabras fuera de tono, cuando no se controla la emoción del
momento. Lo mejor es la calma y la serenidad, observación y gestión, para así
después poder decidir sobre la actuación a tomar.
El Coach estará atento a los mensajes no verbales de las personas, a los inconvenientes emocionales que se presenten, al mayor o menor control que se hace sobre las emociones, para que no afecten el desempeño en la empresa. Un Coach preparado y conocedor de la influencia de las emociones en el desempeño, puede alertar sobre su presencia, mientras que la misma persona puede que no se dé ni cuenta del origen de lo sucedido.
Ante un problema, se
buscan las soluciones racionales, dejando de lado las emocionales.
Por ejemplo, supongamos que un representante de una
empresa, es mal calificado en las encuestas de satisfacción por los clientes
debido a su pobre atención y constante mal genio.
Si se mira sólo el aspecto
racional, podrían surgir ideas de las posibles causas que llevan
al representante a un deficiente desempeño, como sería la falta de
capacitación, o no sigue el protocolo o los procedimientos, es un mal empleado
y como consecuencia puede llegar hasta perder su puesto.
Pero si se observan los orígenes
emocionales y se
profundiza sobre las causas, quizás encontremos que este empleado está pasando
por un proceso de separación matrimonial que le está afectando emocionalmente,
y descarga su ira en su trabajo. Con seguridad cuando el empleado reconoce este
evento y se le ofrece ayuda, podrá revertir sus efectos negativos tanto para él
como para la empresa.
El coaching es muy útil porque es capaz de
detectar aspectos ocultos en el desempeño, que si son superados, ayudarán a ser
cada vez mejor y mejor.
Tomado http://www.sorayabayo.com/pensar-antes-de-actuar-coaching/
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