viernes, 10 de enero de 2014

ES IMPORTANTE UTILIZAR NUESTROS PENSAMIENTOS PARA EL MANEJO DE LAS EMOCIONES



En el libro Emotional Intelligence Coaching de Stephen Neale / Lisa Spencer / Arnell & Lis Wilson, se menciona la cita “Necesitamos utilizar nuestro pensamiento para manejar nuestras emociones, antes de que tomemos acción”. Allí encontramos las siguientes  claves para poder realizar el trabajo que hacemos los que ejercemos el Coaching.


·  La actuación se ve influenciada por las emociones, tanto en el campo positivo como en el negativo. Por ejemplo, la alegría puede incentivar a que mejoremos el desempeño, en cambio los celos podrían desmotivarnos para reducir el mismo.

·  El pensamiento tiene el poder sobre nuestras actuaciones, ya que ante un mismo evento, la actitud puede ser negativa o positiva. Es el caso de sentir que se nos ha tratado de manera injusta por el jefe o la empresa, nuestra reacción puede ser de malestar, descontento y rabia, o también podríamos solicitar una explicación respetuosa para salir de la duda sobre la actuación aparentemente injusta. Con seguridad nos lleváremos sorpresas.

·  Si los sentimientos son la racionalización de las emociones, una misma emoción puede darse o dejarse libre para que estalle. Podría ser el caso de una discusión con un cliente, la cual puede llevar a malentendidos y palabras fuera de tono, cuando no se controla la emoción del momento. Lo mejor es la calma y la serenidad, observación y gestión, para así después poder decidir sobre la actuación a tomar.

El desempeño en el trabajo se ve plagado de actuaciones desafortunadas, ocasionadas la mayoría de las veces por dejar que las emociones actúen libremente y sin control. Por ejemplo, un compañero de trabajo hace un comentario agresivo y personal, lo natural es que te sientas molesto, incluso con ira y desees en el mismo instante tomar la revancha. Pero esta actuación no es la apropiada. El ideal es que un hecho fortuito y desafortunado no afecte tu trabajo, ni las relaciones con tus compañeros, mucho menos con los clientes, quienes no tienen la culpa de lo ocurrido.

El Coach estará atento a los mensajes no verbales de las personas, a los inconvenientes emocionales que se presenten, al mayor o menor control que se hace sobre las emociones, para que no afecten el desempeño en la empresa. Un Coach preparado y conocedor de la influencia de las emociones en el desempeño, puede alertar sobre su presencia, mientras que la misma persona puede que no se dé ni cuenta del origen de lo sucedido.

Ante un problema, se buscan las soluciones racionales, dejando de lado las emocionales.
 Por ejemplo, supongamos que un representante de una empresa, es mal calificado en las encuestas de satisfacción por los clientes debido a su pobre atención y constante mal genio.
Si se mira sólo el aspecto racional, podrían surgir ideas de las posibles causas que llevan al representante a un deficiente desempeño, como sería la falta de capacitación, o no sigue el protocolo o los procedimientos, es un mal empleado y como consecuencia puede llegar  hasta perder su puesto.
Pero si se observan los orígenes emocionales y se profundiza sobre las causas, quizás encontremos que este empleado está pasando por un proceso de separación matrimonial que le está afectando emocionalmente, y descarga su ira en su trabajo. Con seguridad cuando el empleado reconoce este evento y se le ofrece ayuda, podrá revertir sus efectos negativos tanto para él como para la empresa.

El coaching es muy útil porque es capaz de detectar aspectos ocultos en el desempeño, que si son superados, ayudarán a ser cada vez mejor y mejor.
Tomado http://www.sorayabayo.com/pensar-antes-de-actuar-coaching/



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