Para qué sirve la música (y por qué aprenderla desde pequeños)
Para entender de qué nos sirve
la música, hablemos un poquito del cerebro:
Las estructuras del sistema
emocional o límbico del cerebro, que procesan las emociones en
el hemisferio derecho, se activan cuando la persona reproduce una melodía en la imaginación.
el hemisferio derecho, se activan cuando la persona reproduce una melodía en la imaginación.
Si suponemos que de alguna
manera el lenguaje oral y escrito expresa
el pensamiento, y la música las emociones puras, tal vez podemos atrevernos a decir que
una estimulación rica en ambas facultades estimulará la armonía entre pensamiento y emoción.
No es descabellado.
el pensamiento, y la música las emociones puras, tal vez podemos atrevernos a decir que
una estimulación rica en ambas facultades estimulará la armonía entre pensamiento y emoción.
No es descabellado.
Cierto es que el lenguaje como
tal recluta gran parte del hemisferio izquierdo para producirse,
y la música el hemisferio derecho. Parece ser que estas dos funciones humanas se complementan.
Es mas, a modo de Yin-Yan, la prosodia, es decir, la entonación del lenguaje, se sitúa en el hemisferio
derecho, y el ritmo de la música, por su lado, en el izquierdo.
y la música el hemisferio derecho. Parece ser que estas dos funciones humanas se complementan.
Es mas, a modo de Yin-Yan, la prosodia, es decir, la entonación del lenguaje, se sitúa en el hemisferio
derecho, y el ritmo de la música, por su lado, en el izquierdo.
Las zonas del cerebro utilizadas en la
expresión y adquisición musical y las zonas del
lenguaje se solapan, por lo que todo parece indicar que la estimulación de una de estas
funciones, también repercute en la mejora de la otra.
lenguaje se solapan, por lo que todo parece indicar que la estimulación de una de estas
funciones, también repercute en la mejora de la otra.
Muchas investigaciones apuntan
a que una buena interacción entre ambos hemisferios
cerebrales facilita la asimilación de la información y la integración no traumática de situaciones
duras y conflictivas.
Estudios con músicos profesionales muestran que el “cuerpo calloso”, haz de
fibras que conecta ambos hemisferios, es mayor que en población normal. Todo apunta a que la
estimulación y expresión musical facilitan la gestión de las emociones. La música, aun sin comunicar
ninguna información simbólica ni referencial, genera un movimiento emocional.
cerebrales facilita la asimilación de la información y la integración no traumática de situaciones
duras y conflictivas.
Estudios con músicos profesionales muestran que el “cuerpo calloso”, haz de
fibras que conecta ambos hemisferios, es mayor que en población normal. Todo apunta a que la
estimulación y expresión musical facilitan la gestión de las emociones. La música, aun sin comunicar
ninguna información simbólica ni referencial, genera un movimiento emocional.
La música tiene, además de un
efecto conmovedor en nosotros, la capacidad de relajar la presión,
facilitar el movimiento fluido del cuerpo, estimular la activación
cerebral, favorecer la
comunicación interpersonal y fomentar la adquisición de hábitos. Es por ello que se usa con
eficacia en el tratamiento de la Epilepsia, el Parkinson, el autismo, el déficit de atención con o
sin hiperactividad, la depresión, el insomnio y la ansiedad, entre otros. Su cualidad de
comunicación interpersonal y fomentar la adquisición de hábitos. Es por ello que se usa con
eficacia en el tratamiento de la Epilepsia, el Parkinson, el autismo, el déficit de atención con o
sin hiperactividad, la depresión, el insomnio y la ansiedad, entre otros. Su cualidad de
aumentar la secreción de endorfinas facilita la relajación, el aprendizaje, la
adaptación al cambio y
la creatividad.
Un estudio de la Universidad
de Wisconsin publicado en la revista Natura en 1993 afirmaba además
que podía mejorar el razonamiento espacio-temporal, cosa bastante
comprensible ya que la música
implica la activación del lóbulo parietal y
temporal derechos, implicados en la percepción espacial y
temporal
respectivamente.
La capacidad del ser humano
para la música es innata, como la del lenguaje. El bebé reacciona a
estímulos musicales desde el nacimiento y con seis meses su cerebro musical esta completamente
desarrollado. Desde los 2-3 años el niño ya baila, canta, y reproduce canciones, aunque sea de
forma muy primitiva.
estímulos musicales desde el nacimiento y con seis meses su cerebro musical esta completamente
desarrollado. Desde los 2-3 años el niño ya baila, canta, y reproduce canciones, aunque sea de
forma muy primitiva.
El ritmo
es parte de la vida del niño desde antes incluso del nacimiento. El latido del corazón de la
madre no solo lo acompaña sin descanso,
sino que lo calma y lo orienta. El niño nace con una
determinación genética en
sus ritmos circadianos, su organismo ya viene preparado para necesitar de
forma
rítmica, y ordenada en el tiempo, comer, dormir. Su respiración, su pulso,
tiene una base rítmica.
Como bien sabemos, respetar unos horarios de comida,
sueño, etc, es importantísimo en los primeros
años de vida del bebé, porque
favorece la expresión de estos ritmos circadianos y los convierte
en hábitos.
en hábitos.
Eso estimula su seguridad, su atención, su salud.
El ritmo para el ser humano
es, sin duda, un aliado innato y necesario para un correcto desarrollo.
En
ocasiones la expresión musical es la salvaguarda que permite a una persona
expresarse y
realizarse. Es el caso de los llamados
“músicos sabios”, niños con deficiencias linguísticas que no sólo
conservan sus
capacidades musicales, sino que poseen cualidades inconmensurables para la
música,
como una memoria musical excepcional, un oído buenísimo o una gran
capacidad de representación
melódica o rítmica.
Sin embargo, aun muchas de
nuestras escuelas, redirigen el 90% de su empeño en estimular el
lenguaje, y se olvidan de la música, cuando los niños van llegando a los 5-6 años.
Todo preparado para aprender las letras, aprender las palabras, aprender a leer, aprender a escribir.
lenguaje, y se olvidan de la música, cuando los niños van llegando a los 5-6 años.
Todo preparado para aprender las letras, aprender las palabras, aprender a leer, aprender a escribir.
Sin embargo no hay mucho trabajo dirigido, no solo al aspecto musical de nuestros pequeños, sino
siquiera a la prosodia del lenguaje o
a la gestión y expresión de las emociones.
¿La consecuencia? Nuestros niños son
fantásticos lectores y escritores, pero a la hora
de salir a leer se ponen nerviosos, se sienten inseguros, y a la vez no consiguen hacer una buena
entonación del mensaje de lo que están leyendo ni profundizar en el sentido del
texto.
Todos estos déficits, en gran parte, se deben a la poca estimulación
derecha que tienen sus cerebros
en la escuela.
La
necesidad de la música en la educación no es un descubrimiento del siglo XIX. Una de las grandes
pedagogas del siglo pasado, Montessori, ya
introducía ejercicios de educación musical en su famoso
método.
método.
Otros muchos
han reivindicado la educación musical en las escuelas. Dalcroze, y su
aprendizaje
rítmico-motriz, Orff, que relaciona el lenguaje verbal con el ritmo
y el movimiento, Willems, que explora
el carácter en la expresión musical.
Hasta Piaget, que propone que el niño tenga un entorno musical estimulante.
Waldorf hace especial
hincapié en los conceptos de los que venimos hablando. Los alumnos de éste método aprenden un
instrumento, aquel que, en opinión de los
profesionales del centro, complementa sus cualidades.
En el curriculum del
método existe la asignatura de Euritmia, que mezcla la expresión emocional
y
corporal con el lenguaje y la música.
Como vemos, existen multitud de
razones para estimular musicalmente a nuestros bebes.
¿Cómo
hacerlo?
Recuerda que el aprendizaje de
la música empieza en el aprendizaje del sonido; los juegos de
sonido de animales, de sonido de instrumentos, de sonidos del campo o la ciudad, son muy útiles.
Instrumentos divertidos como palos de lluvia (suenan como arena en el mar), tormentas (instrumento de
plástico con forma cilíndrica que al moverse suena como una tormenta), cuencos, etc, son fascinantes
a sus ojos, y además estimularán su imaginación y su capacidad de relajarse. Instrumentos de percusión, algo de lo
sonido de animales, de sonido de instrumentos, de sonidos del campo o la ciudad, son muy útiles.
Instrumentos divertidos como palos de lluvia (suenan como arena en el mar), tormentas (instrumento de
plástico con forma cilíndrica que al moverse suena como una tormenta), cuencos, etc, son fascinantes
a sus ojos, y además estimularán su imaginación y su capacidad de relajarse. Instrumentos de percusión, algo de lo
que disfrutan los niños muchísimo, son fáciles de
adquirir y les ayudarán en el aprendizaje del cálculo
y la lectura. Tambores, pequeños Xilófonos, pianos para pequeños.
y la lectura. Tambores, pequeños Xilófonos, pianos para pequeños.
Si. Te toca dejarles hacer
ruido, de vez en cuando.
La música, como hemos visto,
tiene muchos paralelismos con el lenguaje. El lenguaje se aprende
escuchándolo,
hasta que el cerebro está preparado para emitirlo y entonces comienza su
aprendizaje a
través del ensayo-error. Luego lleva el momento para
perfeccionarse. La música tiene un desarrollo
parecido.
parecido.
Es muy interesante para
los pequeños escuchar música, de todos los tipos.
En los primeros años de vida es
cuando el cerebro tiene más potencial para aprender a
discriminar instrumentos,
tonalidades…La comprensión de la música es mucho mayor que la expresión
en las
primeras etapas. Es por lo tanto recomendado que escuche música compleja y rica
como es la
música clásica. Y que le estimulemos para cantar, bailar, tocar.
muy
enriquecedor para su razonamiento espacio-temporal, su motricidad y su
coordinación, -el cerebelo
es plástico durante toda la vida, y esta
especializado en las dos últimas-, que aprenda a tocar el
instrumento que
prefiera.
Pero no olvidemos una cosa, “la
música, como la letra, con sangre no entra”. Obligar a nuestros hijos a
estudiar armonía, o a tocar un instrumento, no servirá más que para que les
genere rechazo a largo
plazo.
plazo.
Hay mil maneras de hacer del aprendizaje de la
música algo placentero.
inteligencia emocional, placer
en estado puro y disciplina. Sin duda, valdrá la
pena.
Rocio Carballo. Psicoterapeuta
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