domingo, 27 de noviembre de 2016

Muriendo Frente a una Pantalla


La primera primera vez que escuché la frase de mi terapeuta hace unos 10 años diciéndome ... "Carolina la vida no es, ni está en las películas o la televisión", no entendí a profundidad el gran llamado de atención, que él me estaba haciendo para salvar mi propia vida de un encarcelamiento virtual.

Hoy en día ya con un hijo preadolescente y suficientes adultos cercanos a quienes amo, que se la pasan conectados a la pantalla de un televisor en su tiempo libre, caigo en cuenta que en buen momento; trabajé ese punto que me parecía insignificante en mi terapia personal.

Y es que hay un punto común, general, mundialmente globalizado, que espero les sirva de alerta, cómo la soledad y el estrés está carcomiendo nuestra calidad de vida. Además cabe resaltar como mucha gente piensa que su estrés o su angustia, puede ser liberado por una pantalla que transmite mucha información, pero quizás no es la que necesitemos para reconfortar nuestras almas, mentes y mucho menos nuestros corazones.

Si ustedes son usuarios de televisión por cable, estarán muchos de acuerdo conmigo que a veces aún teniendo infinidad de canales para ver, surfeamos en una neurótica ola por muchos canales y quizás son pocos los contenidos que nos llaman poderosamente la atención, como para quedarnos completamente en esa orilla.

Más allá de esa neurosis de cambiar intermitentemente los canales, está entregar nuestro destino a algo que supuestamente debe calmarnos o distraernos. Un ejemplo exagerado pudiera ser que usted necesitara un remedio con prescripción médica, pero lo pretenda encontrar en una tienda de caramelos.

Es importante que podamos atrevernos a vivir la vida desde la realidad, riesgos y grandes oportunidades de estar en contacto con nuestros semejantes. Es importante que defendamos el derecho a investigar y profundizar en temas que nos apasionen o aporten algo positivo a nuestras vidas. Es importante tomar las riendas de nuestras vidas y decidir qué tipo de información quiero y no qué consumo de la que me quieren dar.

Es aún más importante saber que la primera y última información que le penetre en el sobconsicente hará un gran diferencial dentro de su ánimo y carácter en esa noche o ese día. Reconozca la responsabilidad que usted tiene para consigo, su pareja e hijos cuando selecciona la programación que están viendo. Reconozca que es momento de ponerse a ver junto a sus hijos las comiquitas que ellos ven, para poder darles una mano con uno que otro mensaje que les haga reflexionar sobre los anti-valores o realidades deformadas, que muchas de ellas les están carcomiendo la mente y su formación.


Es momento oportuno de entender que una televisión es un elemento de distracción, pero que jamás será ni su amigo, ni su pareja, ni sus padres, tampoco es un salvo conducto sano para aislarse de la realidad que debemos afrontar como un reto de crecimiento, de madurez y que mucho menos es el sustituto de una valiosa y humana compañía. ¡ Atrévase a vivir!
Tomado de Bienestar Emocional
https://exitoyfelicidad.blogspot.com.co/2008/03/muriendo-frente-una-pantalla.html

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